Una Navidad más. Otro año que dejamos atrás. ¿Cómo compartir con vosotras todo lo vivido este tiempo? La única forma que se me ocurría es con lo que mejor sé hacer: con palabras.
Así pues… en estas fiestas y durante el próximo 2018 os deseo palabras, muchas y buenas, de las que nos hacen ser lo que somos: parte de la Humanidad, un milagro de vida en el universo.
Porque de palabras estamos hechos. De palabras que expresan nuestras razones y nuestras emociones. Nuestros recuerdos y nuestros sueños.
De palabras para amar, para seducir, para convencer. Hermosas como regalos, flexibles como puentes, vibrantes como pálpitos. Palabras con las que crecemos cada día y somos mejores. Palabras de aliento y aprecio, que no de desaliento ni menosprecio. Palabras que nos acerquen en la distancia.
Os deseo un caudal infinito de palabras para debates ricos y apasionados que enciendan nuestra mente. Y siembren posibilidades. Y nos provoquen, nos agiten, nos zarandeen. Nos ayuden a pensar antes de añadir ruido innecesario alrededor.
Palabras para discrepar en las ideas y brindar en los bares. Y también para denunciar lo que jamás deberíamos callar.
Os deseo un año repleto de tantas palabras como podáis leer para transportaros a otros mundos reales o imaginarios, de aquí o de allá, rimados o ensayados, da igual. Un universo entero de combinaciones que nos permita nombrar lo invisible, imaginar lo inimaginable, conseguir lo imposible, llegar a lo inalcanzable.
¡Felices fiestas!
Nos leemos en 2018.
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Una entrada sobre palabras, para dejarnos sin ellas.
Qué entrada más bonita y llena de buena energía, María. Feliz 2018.
Muchas gracias, Lidia! Feliz 2018 para ti también y espero que podamos compartir muchísimas de estas palabras.