Personajes con un punto estrambótico, situaciones algo locas de las que no puedes sino reírte, y amor. Amor y humor es una combinación que siempre me ha gustado en los libros y también en el cine, desde aquellas comedias de los años 60 a lo Doris Day en Pijama para dos, a las más contemporáneas de 4 bodas y un funeral o El diario de Bridget Jones.
He escogido tres novelas muy distintas, tres historias que me hicieron pasar un buen rato con pellizquito en el corazón incluido.
El proyecto esposa, de Graeme Simsion
“Me llamo Don Tillman, tengo treinta y nueve años y soy profesor adjunto de Genética en la Universidad de Melbourne. Mi trabajo está bien remunerado, me alimento de forma equilibrada y regular, y mi condición física es óptima. En el reino animal, no tendría ninguna dificultad para aparearme, pero en el humano, nunca he logrado tener una segunda cita con la misma mujer”. Así se define el protagonista masculino de esta divertida novela, un científico que padece el síndrome Asperguer, lo cual le dificulta las relaciones sociales. A pesar de eso, Don decide afrontar su búsqueda de esposa de la misma forma que afronta un proyecto profesional: realiza una investigación y define un algoritmo que le permita dar con la candidata perfecta para él y sus curiosos comportamientos propios de una persona con Asperger. Confieso que me gustan los protagonistas masculinos atípicos, más inteligentes que guapos, y Don me conquistó a mí, y a la que finalmente será su esposa, una chica que irá rompiendo todos y cada uno de sus esquemas mentales.
Gente que viene y bah, de Laura Norton
Me había leído No culpes al karma… con el que disfruté mucho y no dudé en leerme la segunda novela de esta autora española que firma con seudónimo. Gente que viene y bah gira en torno a Bea, la típica protagonista listilla, metepatas e ingenua, que huye de Madrid hacia tierra natal en el Norte después de que su prometido le pusiera los cuernos con una presentadora de televisión y provocara su despido en el estudio de arquitectura donde trabajaba. De regreso a su pueblo se encuentra con un tremendo enredo familiar y un viudo pelirrojo con el que no empieza, precisamente, con buen pie. Y entre medias, un pueblo enfrentado por un proyecto ecológico, un enano que demanda su paternidad, un hermano liado con un guarda civil, una casa de madera en un árbol y un exnovio arrepentido que llega perseguido por su nueva novia, dispuesta a grabar allí su programa de televisión (con crítica a la información-espectáculo incluida). Muy divertido, y en mi opinión, una historia más armada y redonda que su anterior novela.
Tengo tu número, de Sophie Kinsella
La novela más conocida de esta autora inglesa es la serie de Loca por las compras, que luego convirtieron en película. A mí me gustan casi más algunas de sus otras novelas —Tengo tu número, entre ellas—, aunque lo cierto es que todas tienen en común una protagonista femenina un poco alocada e ingenua y un estilo narrativo fresco, divertido, ágil y fácil de leer que te arranca un buen rato y una sonrisa. En Tengo tu número conocemos a Poppy, una treintañera, maja, empática, deseosa de ayudar a los demás, que está a punto de casarse con Magnus, un profesor universitario con tropecientos títulos. La cosa empieza a torcerse cuando pierde su anillo de compromiso y a cambio, encuentra un teléfono móvil en una basura. Su dueño es un tal Sam Roxton, un alto e irascible ejecutivo de una empresa, que se pone en contacto con ella para que se lo devuelva. A partir de ahí comienza una sucesión de mensajes, encuentros y desencuentros graciosos en torno a la búsqueda del anillo y la recuperación del móvil que culminan en el previsible pero no por ello menos esperado, final feliz.
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