Mi abuela tenía una teoría muy interesante, decía que si bien todos nacemos con una caja de fósforos en nuestro interior, no los podemos encender solos, necesitamos la ayuda del oxígeno y una vela. En este caso el oxígeno tiene que provenir, por ejemplo, del aliento de la persona amada; la vela podría ser cualquier tipo de comida, música, caricia, palabra o sonido que haga disparar el detonador y así encender uno de los fósforos. Por un momento, nos sentiremos deslumbrados por una intensa emoción. Se producirá en nuestro interior un agradable calor que irá desapareciendo poco a poco conforme pase el tiempo, hasta que llega una explosión nueva a reavivarlo. Cada persona tiene que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir, pues la combustión que se produce al encender uno de ellos es los que nutre de energía el alma. En otras palabras, esta combustión es su alimento. Si uno no averigua a tiempo cuáles son sus propios detonadores, la caja de fósforos se humedece y ya nunca podremos encender un solo fósforo.
Como agua para chocolate, de Laura Esquivel
Como me gusta complicarme la vida, a finales de enero pensé: ¿Qué hago para liarme más todavía y de paso, probar a cogerle el gusto a Instagram, que no termino de engancharme? Y se me ocurrió retarme a mí misma con esta red social y publicar ¡cada día! (:-O) del mes de febrero una cita de amor en forma de poema, carta, novela o canción. Si os apetece, podéis echar un ojo en mi perfil de IG @mriamontesinos.
Una de ellas es este fragmento de “Como agua para chocolate”, de Laura Esquivel, con el que no puedo estar más de acuerdo. Lo mejor de ti misma, la energía que impulsa tu alma, sea cual sea, es la conjunción entre el amor y aquello que más te apasiona, sea lo que sea.
Si los encuentras a ambos y prenden juntos tu interior, no necesitas mucho más para vivir.
¡Apúntate a mi newsletter!
Te contaré una vez al mes historias de amor a los libros,
a la cultura, a la vida.
¡No te pierdas nada!
¡Te has suscrito bien! Confirma tu suscripción en el correo que te acaba de llegar.
“Si los encuentras a ambos y prenden juntos tu interior, no necesitas mucho más para vivir.”
Y tanto. Ojalá no fuera tan difícil darnos cuenta de lo mucho que tenemos.
Cuando me hablaste de la iniciativa no imaginaba lo mucho que me iba a gustar (tampoco que acabaría uniéndome con tantas ganas). Febrero se nos va a pasar sin darnos cuenta. Y qué bonito está quedando.
¡Sí! La verdad es que tiene su cosilla lo de pensar obras de autores/as que me gustan, elegir las citas, buscar la imagen (esto último es lo peor, con diferencia, por lo pejiguera que soy)… Si te digo la verdad, el 30 de enero estuve a punto de rechiflarme: me daba un poco de vértigo eso de comprometerme a publicar todos los días. Pero si no me reto no lo hago, así que me alegro de haberme lanzado y de que te hayas unido para animarme cada día con tus propias citas y tus comentarios! 😀