Desde los afectos y el falso Benedetti

Hace casi un año caí en un blog en el que encontré este texto titulado “Desde los afectos”, atribuido a Mario Benedetti. Me gustó lo suficiente como para copiarlo y guardármelo, por si se me ocurría hacer algo con él más adelante. Otro día, hace un par de meses, revisando carpetas y enlaces, me lo encontré de nuevo y decidí hacer una búsqueda en Internet para confirmar si era de Benedetti o no.

Últimamente, soy bastante susceptible con la información sin fuente conocida que leo en Internet y me fío muy poco de las autorías de frases y textos sueltos que pululan por la red.  Antes de reproducirlo, suelo comprobarlo, por si acaso. Me he llevado más de una sorpresa de gente que se inventa frases bonitas o ingeniosas y luego las hace pasar por… no sé… ¿Benedetti? Una tontería porque si el texto es bueno, siéntete orgulloso y dilo. Parece que los bordes de la verdad se están licuando en las redes sociales, muy en sintonía con estos tiempos líquidos que vivimos (o gaseosos, diría yo).

En fin, que en mi búsqueda, llegué por casualidad a otro blog estupendo que me iba como anillo al dedo:  Dicen que yo dije, dedicado precisamente a desvelar este tipo de falsas atribuciones de textos. La bloguera, Vilma Vidal, explicaba en una entrada que el texto “Desde los afectos/Cómo hacerte saber” circula por la red como un poema (que no lo es) atribuido falsamente a Benedetti o a Walt Whitman, a pesar de que ella creía que podía pertenecer a otro autor, también uruguayo aunque poco conocido, llamado Daniel Russo. No lo podía asegurar a ciencia cierta porque no había podido verificarlo en la fecha en que publicó el post.

Lo más curioso de esta historia, es que tiempo después, en los comentarios del post, el propio Daniel Russo intervino para agradecer el esfuerzo de la bloguera por saber la verdad y aclarar que, en efecto, el texto era suyo. Lo había publicado por primera vez en la revista “El expreso imaginario” en 1981.

Al margen de la anécdota sobre su autoría, me apetecía compartirlo por aquí por si os gusta a vosotras tanto como a mí:

DESDE LOS AFECTOS
¿Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo?
Que uno sólo tiene que buscarlo y dárselo,
Que nadie establece normas salvo la vida,
Que la vida sin ciertas normas pierde forma,
Que la forma no se pierde con abrirnos,
Que abrirnos no es amar indiscriminadamente,
Que no está prohibido amar,
Que también se puede odiar,
Que el odio y el amor son afectos
Que la agresión porque sí hiere mucho,
Que las heridas se cierran,
Que las puertas no deben cerrarse,
Que la mayor puerta es el afecto,
Que los afectos nos definen,
Que definirse no es remar contra la corriente,
Que no cuanto más fuerte se hace el trazo más se dibuja,
Que buscar un equilibrio no implica ser tibio,
Que negar palabras implica abrir distancias,
Que encontrarse es muy hermoso,
Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida,
Que la vida parte del sexo,
Que el “por qué” de los niños tiene un porque,
Que querer saber de alguien no es sólo curiosidad,
Que querer saber todo de todos es curiosidad malsana,
Que nunca está de más agradecer,
Que la autodeterminación no es hacer las cosas solo,
Que nadie quiere estar solo,
Que para no estar solo hay que dar,
Que para dar debimos recibir antes,
Que para que nos den hay que saber también cómo pedir,
Que saber pedir no es regalarse,
Que regalarse es, en definitiva, no quererse,
Que para que nos quieran debemos demostrar qué somos,
Que para que alguien “sea” hay que ayudarlo,
Que ayudar es poder alentar y apoyar,
Que adular no es ayudar,
Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara,
Que las cosas cara a cara son honestas,
Que nadie es honesto porque no roba,
Que el que roba no es ladrón por placer,
Que cuando no hay placer en las cosas no se está viviendo,
Que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe la muerte,
Que se puede estar muerto en vida,
Que se siente con el cuerpo y la mente,
Que con los oídos se escucha,
Que cuesta ser sensible y no herirse,
Que herirse no es desangrarse,
Que para no ser heridos levantamos muros,
Que quien siembra muros no recoge nada,
Que casi todos somos albañiles de muros,
Que sería mejor construir puentes,
Que sobre ellos se va a la otra orilla y también se vuelve,
Que volver no implica retroceder,
Que retroceder también puede ser avanzar,
Que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol,
¿Cómo hacerte saber que nadie establece normas salvo la vida?

Daniel Russo
“Expreso Imaginario” No 54.  Enero, 1981.

GuardarGuardar

GuardarGuardar

¡Apúntate a mi newsletter!

 

Te contaré una vez al mes historias de amor a los libros,
a la cultura, a la vida. 

¡No te pierdas nada! 

¡Te has suscrito bien! Confirma tu suscripción en el correo que te acaba de llegar. 

8 comentarios en «Desde los afectos y el falso Benedetti»

  1. Últimamente la saturación de malas noticias me tiene con la moral por los suelos. Ojalá todos los días me encontrara con entradas como esta para compensar. Entradas de las que aprendo y además me hacen disfrutar de esta belleza. Me llevo “el texto” a mi libreta de recopilaciones de cosas bonitas.
    De veras, gracias por publicarlas. Un beso.

    Responder
    • ¡Te voy a nombrar lectora honoraria de mi blog, Lidia! Muchas gracias a ti por sacarle brillo a todo. (Hay que intentar sacárselo hasta a las malas noticias…) 🙂

      Responder
  2. Correcto. De hecho he encontrado el numero 54 de “El expreso imaginario” y lo he descargado, encontrando el texto. Y sin embargo un ponente experto el viernes nos dijo que era de Mario Benedetti. Como bien dices, internet tiene sus peligros. Hay que documentarse.

    Responder
  3. Recibi este texto de regalo en mi cumpleanios de 12 (alla por el 1984). Era un papel escrito a maquina con un punto negro en en centro inferior de la hoja, simbolo que el texto era original. Mi maestro de musica nos lo regalo a todas las chicas en septimo grado. Segun el, el texto fue escrito por un cura que tenia un programa semanal en una radio local de una provincia en la Argentina. El cura dedicaba cada programa a una de estas oraciones, asi se fue creando este texto… vaya uno a saber…

    Responder
    • Hola Cynthia, yo no sé de quién es el texto, no lo he investigado. Lo que sí parece seguro es que no es de Benedetti. Mi intención solo era dejar constancia de que no podemos dar por cierta tanta información (original o atribuida a quien sea) que circula por Internet sin cuestionárnosla, por mucho que se reproduzca en blogs, redes sociales, etc. Un abrazo!

      Responder

Comenta, comenta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.