Hace un tiempo publiqué aquí un post con 10 de blogs de escritoras románticas, que no me resultaron tan fácil de encontrar. La mayoría tenían web, no blog, y muchas lo tenían poco actualizado. Cuando decidí tener un blog y no una web estática, tenía claro que sería para lectoras y que debía centrarlo en novela romántica, el género en el que me muevo. Pero ¡ay! es que me interesan otras cosas, además de los romances. Y de vez en cuando me desvío del tema para hablar de escritura, feminismo y asuntos varios, no siempre amorosos.
Sé que las lectoras buscáis reseñas de romántica (los datos no engañan), pero para mi desgracia, nunca he pretendido tener un blog de reseñas (hay miles). Solo quería un espacio en el que compartir lecturas, reflexiones, cosas bonitas que veo aquí y allá, algún viaje… todo lo que pensaba que podía interesar a lectoras que, como yo, tienen mucha curiosidad, otras inquietudes.
Estas semanas estoy dándole vueltas a mi blog a raíz de un curso que estoy haciendo para mejorar mi visibilidad online con Ana González Duque. Un lujo, sí. Y un quebradero de cabeza, también. Esto de escarbar en lo que realmente quieres (como autora), pasarlo por el filtro de cómo eres (como persona) para descubrir cómo conseguir lo que pretendes (en plan profesional), es una tortura china.