Prejuicios. Esa palabra tan janeausteiniana que define esa manía tan humana de opinar de manera desfavorable sobre lo que se conoce mal o de oídas, que dice la RAE. Confieso que en esto de la novela romántica yo tenía algunos prejuicios que ahora me empeño en derribar, por eso de llevarme la contraria a mí misma.
Mi primer prejuicio fue con la novela romántica histórica. No sé por qué. Supongo que pensaba que eran historias cursis, desfasadas, que no me gustarían. Tardé mucho en leer la primera y me encantó. La ambientación estaba muy documentada, las tramas eran interesantes, emocionantes e, incluso, divertidas. Las escenas de amor eran sexis, como dicen las norteamericanas cuando quieren mencionar que hay alguna escena de sexo explícito.
A fin de cuentas, eso lo que le pido a este tipo de libros: rigor en la ambientación histórica, un cierto uso del lenguaje y el vocabulario que, sin ser arcaico o anquilosado, sea más afín al momento, y personajes coherentes, que actúen de acorde a la época (soy flexible en este punto, sobre todo en las relaciones sexuales y en lo relativo a las mujeres, cuyo papel en aquel momento era casi nulo, pero hace poco comencé una novela cuyos personajes hablaban y actuaban como si los hubieran teletransportado de la época actual al siglo XIX inglés, y la dejé). Además de todo esto, lo que le podría pedir a cualquier otra novela, buenas historias, bien escritas, entretenidas.
El primer libro romántico histórico que cayó en mis manos era de una autora norteamericana, Lisa Kleypas, que cuenta con numerosas novelas ambientadas en la época de la Regencia inglesa (1811-1820) y en la Victoriana (1837-1901). Hasta el momento, casi todo lo que he leído es de esas dos épocas. Poco variado, si tenemos en cuenta que dentro de la novela romántica histórica hay muchos subgéneros: medieval, highlander, eduardiana, del Oeste, vikinga, colonial americana, o con mezcla de subgéneros como Outlander, que une un viaje en el tiempo (¿ciencia ficción?) con highlanders. Y seguro que me dejo más de uno sin nombrar.
Mi segundo prejuicio lo tenía con la novela romántica histórica escrita por autoras españolas. La ignorancia, que es muy mala. Pensaba que como las anglosajonas, ninguna. Y es cierto. Son verdaderas maestras en romance histórico, pero en el último año he descubierto que aquí también tenemos buenas autoras de novela romántica histórica. Todavía no he leído tantas como para tener favoritas, pero las novelas que aquí reseño me han parecido tan buenas como cualquier otra de autora anglosajon, aunque solo una de ellas sea de Regencia.
Cuando la pasión espera, de Ruth Lerga
Esta fue la primera novela que leí de una autora española, Ruth Lerga, que escribe novela romántica ambientada en el periodo de Regencia inglés. Y me sorprendió porque parecía escrito por una de esas expertas escritoras norteamericanas a las que, debo decir, no tiene nada que envidiar: está bien ambientado, tiene diálogos ágiles e ingeniosos, personajes atractivos y bien definidos, y una relación emocionante y apasionada entre ambos, que no dejan de retarse durante toda la novela. Nicole es una joven resuelta e ingeniosa que se siente engañada por Richard, el mejor amigo de su hermano, quien la cortejó un año atrás para vengarse de que éste se hubiera enamorado a su vez, de su hermana. Está escrito con humor, sensualidad y un estilo ágil que invita a disfrutar con su lectura.
Tu nombre al trasluz, de Ana Iturgáiz
Lo que me pareció más original y atractivo de esta novela fue su ambientación histórica, situada en un pueblo de Burgos en 1534, con la Inquisición persiguiendo a los impresores que osaban difundir las ideas erasmistas. El protagonista masculino es Miguel, un impresor que ha esquivado a los inquisidores huyendo a su pueblo natal, donde se establece para comenzar de nuevo. Y Elena es la protagonista femenina (¿quizás inspirado en Isabel de Basilea, mujer impresora que vivió también en esa época?), viuda de un impresor muerto en una cárcel de la Inquisición, que decide aprovechar sus conocimientos sobre el mundo de la imprenta para sacar adelante a su hijo. La historia de amor entre Miguel y Elena es preciosa y muy sensual, pero también me ha gustado mucho el detalle con el que explica el oficio de impresor en aquella época, la subtrama alrededor de los libros prohibidos por la Iglesia, y el estilo ágil y elegante con el que escribe esta autora.
El juego de la inocencia, de Marisa Sicilia
Esta es otra novela también muy distinta a lo que he leido hasta ahora, ya que está ambientada en Francia, poco antes de la Revolución de 1789. Hasta ahora, la única novela romántica que había leído con la revolución francesa como marco histórico pertenece a la Serie Spymasters (sí, los protas son espías!) de Joanna Bourne, una autora norteamericana que no está traducida al español. Pero volviendo a “El juego de la inocencia”, Marisa Sicilia hace un estupendo retrato de la nobleza rural francesa para contar la historia de amor entre Louis, un joven noble, vanidoso, caprichoso y egoísta, y Hèléne, una jovencita inocente recién salida de un convento, que se va a casar en breve con el tío de Louis, un vejestorio que quiere engendrar un heredero. Cuesta empatizar con el protagonista masculino, todo hay que decirlo. El tal Louis es, a menudo, bastante impresentable, pero tal y como contó Marisa Sicilia en la presentación del libro, es el prototipo del noble francés de la época, al igual que Hèléne lo es de las jovencitas. En cualquier caso, está muy bien escrito, con un lenguaje muy cuidado, por lo que consigue reflejar con gran realismo la historia.
Y a vosotras, ¿qué novelas de romance histórico de autoras españolas os gustan más?
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¡Hola! Por el momento aún no he leído a ninguna autora española que haya escrito este tipo de novelas, pero tengo pendiente para este verano “El juego de la inocencia” *-*. Por cierto, gracias por descubrirme “Tu nombre al trasluz”, la agregué a mis pendientes y con tu reseña no me arrepiento jeje. La primera que has reseñado igual la tengo entre mis pendientes, a ver qué tal.
Muchas gracias por este top 3 de autoras españolas. En algún momento yo podré hacer lo mismo (de momento no porque no leí ningún libro de época con esa característica xD).
Saludos <3
La verdad es que a mí me daba cierta pereza, por llamarlo de alguna forma, pero me alegro de haberlas leído. Eso de hacernos de menos es el deporte nacional desde hace siglos. Ya me contarás! (Y si descubres alguna otra, también) 🙂
¡Gracias por pasarte de nuevo por aquí!
Es curioso porque yo empecé con la histórica como novela romántica y no me arrepiento. Me alegra que finalmente te animaras, y si en algún momento leo algún romance histórico recomendable te avisaré 😉
De nada ^^